Texto: Volando en pos de...

Una vez más, mirando al cielo con la sonrisa de un niño, intentaba despegar mis alas. Confianza, valor, fuerza; eran cosas que creías innecesarias en el despegué hacia mi vuelo, puesto que lo único de lo que había formado mis alas era de sueños, deseos y sentimiento, una convinación en la que una vez mas volví a confiar. Sintiendo el calor en mi pecho, los nervios en mis manos, posé y apreté con fuerza mi palma contra mi pecho para sentir una vez mas el latir de un corazón nervioso. Lentamente, respirando con profundidad, divisé el gran acantilado al que caería si era incapaz de volar, y con una sonrisa vanidosa me reí de él. Deje salir toda la emoción de mi cuerpo, y que surcara el viento antes que yo con la fuerza de mi garganta. Alzando el vuelo me sentí libre, libre de querer y de amar sin miedo a caer nunca, de sentir el estrepitoso golpe de mis huesos contra un fondo de oscuridad y soledad, una oscuridad tan profunda que solo sales de ella destrosado por dentro, una oscuridad que se encierra en ti, y debés esperar a que otra persona la limpie. Pero no me paré a pensar en ellos, mientras jugaba con el viento, sentía que eras tú quien me tomabas, quien me acariciabas. Pero sonreía no por el placer de esa libertad lograda, sino por el aterrisaje que cortara la libertad y solo me dejara que me demostraras lo que había en tu corazón. Soñando, y soñando, y jugando con el cielo celeste. Cerrando mis ojos, dormí, y dejé que mis sueños, deseos y sentimientos me llevaran el resto del viaje. Insolente soñaba dormido, pero cuando quisé volver a soñar despierto, sentí como todo se rompía. El viento me trajo palabras oscuras, con un significado de duda, y miedo, también ignorancia. Poco a poco, mientras los escalofríos recorrían mis musculos, las alas que había fabricado comenzaban a quebrarse, hasta que el volar se convirtio en un tenebroso descenso. Los miedos que deje atras, me alcanzarón y se apoderaron de mi, mientras miraba hacia el infinito. En mi cabeza, antes de caer solo me llegaban unas palabras "Una explicación alzaría mi cuerpo... un porque que solo tú puedes darme", mientras me precipitaba hacia ese tenebroso oscuro fondo. Una caida tan larga como el propio cielo, en la cual espero respuesta, otra que me traiga el viento.

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Bueno, creo que los momentos de desconcierto y preguntas internas son los mejores para escribir, aunque aquí eso no se aprecie. No tengo nada mas que decir, que el texto está interminado, solo quedan dos caminos "no final", que sería lo que prefiero, o "final con retorno al comienzo" que sinceramente, no lo deseo en absoluto... pero eso da igual, prefiero la verdad antes que las mentiras piadosas, siempre me llegaran.

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